Los problemas relacionados con la privacidad y la integración venían de lejos y llegaron a su punto crítico con la crisis de Facebook y Cambridge Analytica. Los usuarios comenzaron a cuestionar el valor que proporcionan las redes y empezaron a buscar otras maneras de interacción más significativas. En este contexto, una serie de formatos privados han ido apareciendo con el objetivo de establecer conexiones y compartir contenido, desde las stories de Instagram hasta la explosión en el uso de la mensajería.
Está surgiendo un paradigma digital radicalmente nuevo y las marcas líderes ya se están adaptando. Los consumidores quieren que se les trate como individuos y no como datos demográficos; y exigen más valor a cambio de su tiempo y su información. La situación de las redes sociales ha regresado a sus raíces, a lo real, a lo personal y a lo auténtico.
¿Dónde deja esto a las marcas que dependen de las redes sociales para llegar a sus clientes, clientes potenciales, empleados, socios y otras audiencias? ¿Cómo pueden crear autenticidad e intimidad de manera adecuada mientras trabajan con tiempo y presupuesto limitados? ¿Cómo pueden apoyar a sus clientes a lo largo de todo su recorrido de compra fomentando la lealtad y aumentando, así, el ROI de las actividades realizadas en las redes sociales?